Siempre había pensado que si conseguía alcanzar la luna
se cumplirían todos sus sueños . Cada noche se asomaba
a la ventana , formulaba un deseo y lo lanzaba al aire ,
con la esperanza de que la luna lo envolviera , en la magia
de su halo , y se lo devolviera convertido en realidad .
Había intentado atrapar la luna mil veces . Cuando flotaba
en el estanque , zambulléndose de cabeza en ella . En el
reflejo del mirador de la entrada , velándola con su cuerpo .
En el espejo retrovisor del coche , cuando la hacía guiños
mientras conducía , recogiéndola en el hueco de la mano...
Pero la luna siempre se escapaba .
Una noche , mientras soñaba con los ojos abiertos , apareció
una escalera en el jardín .
La luz inmensa del plenilunio la señalaba y la conducía a ella .
La escalera era toda luz también y se prolongaba en el cielo
perdiéndose entre las estrellas .
Ascendió , peldaño a peldaño , dejando atrás los tejados y
las chimeneas , rasgando jirones de nubes , oscuridad y
silencio alrededor cuanto más alto subía .
La luna estaba cada vez más cerca . Casi podía tocarla con
la punta de los dedos . Unos cuantos peldaños más y sería
suya .
Pero cuando consiguió alcanzarla se dió cuenta que su
superficie era fría , su halo un engaño y su magia un espejismo .
Decepcionada bajó la mirada a la tierra y a la vida que
habitaba en ella . Había más realidad de deseos cumplidos
allí abajo que sueños en la luna .